martes, octubre 17

ORDO AB CHAO (4ª entrega)

EL CHEIK ELÎSH

El segundo maestro akbariano que ha mostrado interés por la Francmasonería es el Cheik Elîsh, cuya función prolonga la del emir Abd al-Qâdir. Como sabemos este maestro inspiró a René Guénon de manera directa. Citaremos aquí, por el interés que tiene para nuestro estudio, un pasaje de una carta que éste dirigió a Frithjof Schuon en 1946 en el curso de los intercambios epistolares sobre cuestiones planteadas por Marcel Clavelle (Jean Reyor) sobre la Masonería. . Tras recordar que los Masones siempre han practicado el exoterismo del mundo en el que vivían, y que “respecto del Islam en concreto, nadie en los países islámicos ha pensado nunca que haya incompatibilidad alguna, tanto desde el punto de vista esotérico como exotérico”. René Guénon evoca «un ejemplo ilustre, el del emir Abd al-Qâdir quien, aparte de su papel exterior, era un mutassawif eminente (lo que naturalmente parecen ignorar los historiadores europeos), y que se hizo recibir masón durante su estancia en Alejandría. Y algo más: el Cheik Elîsh decía que “si los masones comprendieran bien sus símbolos, serían todos musulmanes”; y a propósito de ello, explicaba las 4 letras del nombre de Allah, desde el punto de vista de sus formas, en correspondencia con la regla, el compás, la escuadra y el triángulo..., pero prefiero no mencionárselo a Clavelle, al menos por ahora, para no influenciarle en un cierto sentido».
Las palabras del Cheik Elîsh muestran como hay que entender el interés por la Francmasonería de los representantes de la doctrina akbariana.; explicitan las razones profundas de la afiliación masónica de Abd al-Qâdir, así como las reservas de René Guénon en relación con Clavelle, típicas de su actitud constante. Aunque en sus escrito no se presente como musulmán, ello no significa que su pensamiento e intención sean distintas a las del Cheik Elîsh. Es un dato que no hay que perder nunca de vista cuando se quiere captar el sentido de sus estudios sobre la Masonería. Ésta presentaba una ventaja decisiva para la transmisión de la enseñanza de Ibn Arabî, pues era en Occidente la única capaz de aceptar el punto de vista esotérico, y de aceptar la legitimidad de formas tradicionales distintas al cristianismo. La Francmasonería ofrecía pues el único punto de apoyo utilizable para la expresión de la doctrina universal vehiculada por el Islam.



(Continuará...)